El hombre, que era junto a su esposa un habitual veraneante de
Formentera, era un amante de la pesca submarina a pulmón y
realizaba casi a diario salidas para pescar.
Fue a las cinco y media de la tarde del domingo cuando su mujer,
ante la tardanza de su marido que tenía previsto volver a las doce
del mediodía, se puso en contacto con los dispositivos de
salvamento. En las inmediaciones de Punta de sa Creu, un punto muy
conocido por los pescadores de la isla situado en los acantilados
de la Mola, acudieron la Guardia Civil, GEAS, Cruz Roja y
Salvamento Marítimo. Tras avistar una embarcación fondeada, tipo
zodiac, y con una boya de señalización de pescador sumergido.
Alrededor de las ocho de la tarde, los GEAS localizaron el cuerpo a
unos 23 metros de profundidad y a 5 de la costa.
El cuerpo fue llevado al puerto de la Savina y desde allí
trasladado al Cementeri de Sant Francesc donde ayer debía
realizársele la autopsia para determinar las causas del
fallecimiento. Según ha podido saber este rotativo y por voluntad
de la viuda, el fallecido será enterrado en Formentera. Ésta es la
primera víctima de este verano que fallece en aguas pitiusas.
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