El directivo de la Federación de Sanidad de CCOO José Antonio Rojas
se congratuló ayer de la decisión de la Audiencia Provincial de
reabrir el caso de la muerte de un bebé ocurrida en abril de 2001
después de que se demorara más de ocho horas su traslado desde el
hospital de Can Misses de Eivissa a un centro de Barcelona y en la
que figuró como imputado José Antonio García Ruiz, máximo
responsable de Ambulancias Insulares
Dicha decisión judicial fue adelantada días atrás por Ultima
Hora Ibiza y Formentera. El caso fue sobreseído por el juzgado de
Instrucción número 1 de Eivissa y fue recurrido tanto por la
abogada que defiende los intereses de los afectados, una pareja de
origen magrebí. A dicho recurso de adhirieron tanto Comisiones
Obreras como el Colegio de Enfermería al entender que se pudo
cometer un presunto delito de imprudencia.
Rojas sugirió que la sucesión de acontecimientos que concluyó
con la muerte del bebé no se hubiera producido de la misma manera
si la niña no hubiese sido hija de inmigrantes magrebíes, pero
reconoció que ningún dato incluido en la instrucción justifica esta
impresión. Para el responsable de la federación sanitaria de CCOO,
«llama la atención que las instituciones públicas no se personasen
en la causa», en concreto el Insalud, que como titular de la
Sanidad en Balears cuando sucedieron los hechos es responsable
subsidiario de cualquier delito por el que pudieran ser condenados
Ambulancias Insulares y García Ruiz, que ya no presentan servicios
al sistema sanitario público, según informó Efe.
Rojas recordó que en aquella época, en la que Ambulancias
Insulares era concesionaria del transporte sanitario, había «gran
saturación, por lo que se decidió que la pequeña, nacida con graves
problemas respiratorios, fuera trasladada a una unidad
especializada de Barcelona y no a Palma.
El 061 solicitó sobre las 21.50 horas la presencia en Eivissa
del avión de transporte sanitario, que, según se recoge en el auto
de revocación del sobreseimiento, no llegó a la isla pitiusa hasta
las 6.00 horas del día siguiente y con la incubadora fría,
deficiencias a las que se sumaron otras en el traslado a Barcelona,
donde la paciente llegó muerta. Rojas acusó al máximo responsable
de la empresa concesionaria del transporte, José Antonio García
Ruiz, de demorar aún más el vuelo a Barcelona por asistir a la
evacuación de personas heridas en dos accidentes de trágico.
Además, los médicos que esperaban en Barcelona certificaron que la
pequeña había sufrido un paro cardiorespiratorio, estaba sin
intubar, sufría hipotermia y no había sido sometida a maniobras de
reanimación en el avión, en el que la asistía el propio García
Ruiz.
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