El «Nixe» acaba de salir de unos astilleros de Singapur.

AGENCIAS/ J.J.M.
«Después de conocer la desaparición del barco, las horas de espera han sido muy largas», explicó la esposa de José Francisco Martí, uno de los diez marineros que se hallaba desde el pasado domingo en paradero desconocido después de que el catamarán «Nixe», de la naviera Baleària, fuera dado por perdido en el estrecho de Malaca, en el océano Índico.

El catamarán, con una tripulación de doce hombres (diez de ellos españoles con amplia experiencia en barcos que cubren las rutas de Balears), atracó ayer tarde en Port Blair, en la isla india de Andaman, después de que horas antes un buque tanque lo «encontrara» y acabara con las sospechas de que el «Nixe» había sido víctima de un acto de piratería. Durante este tiempo, el catamarán de Baleària estuvo parcialmente incomunicado por los graves daños que sufrió tras verse atrapado por un ciclón. La mayor parte de los marineros afectados son residentes en la comunidad valenciana o procedentes de Galicia.

Todos han estado destinados en barcos que cubrían líneas con Eivissa y Formentera y uno en concreto cuenta con raíces en Santa Eulària, según ha podido averiguar este periódico.

El «Nixe», precisamente, es un barco que estaba previsto emplear en trayectos de pasajeros entre Denia y Eivissa una vez que hubiera navegado en el estrecho cubriendo la denominada «operación retorno» de los inmigrantes magrebís. El hallazgo del «Nixe», y el fin de las incógnitas, ocurrió en la madrugada de ayer después de que el buque tanque «Castillo de Belmonte», también de bandera española, lograra contactar con la embarcación extraviada, a pesar de que esta última presentaba un problema en su sistema de comunicación, afectado por el temporal.

El catamarán, de 63 metros de eslora y 16 de manga, tiene capacidad para 536 pasajeros y 100 vehículos, y con capacidad para alcanzar de 32 nudos (60 kilómetros por hora), fue descubierto cuando navegaba por órdenes de su capitán, Francisco Jiménez Vara, a tan sólo diez nudos y con graves daños en su proa.

El «Nixe» se vio sorprendido en el Golfo de Bengala por un fuerte temporal después de zarpar del astillero Singapur donde había sido construido para cubrir una ruta de 7.000 millas náuticas (unos 13.000 kilómetros) hasta llegar a aguas españolas. Estaba previsto que el pasado domingo arribara al puerto de Galle, en la costa sur de Sri Lanka.