Un vecino británico de Cala Llonga ha sido condenado a ocho meses
de cárcel y a no acercarse a la vivienda de su novia ni a
comunicarse con ella durante dos años. La pena, impuesta por un
caso de malos tratos, lleva pareja la prohibición de no poder y
tener armas durante año y medio.
La sentencia ha sido dictada por la jueza Clara Ramírez,
responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, después de
que el acusado fuera juzgado días atrás y la propia víctima
compareciera en juicio para pedir expresamente que se dejara al
presunto agresor en libertad. Éste, entonces, se hallaba en
prisión. La mujer, que también renunció a cualquier tipo de
indemnización, sin embargo, realizó el ruego de que se la
protegiera con un mandato judicial que impidiera al acusado
acercarse a ella.
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de febrero tras una discusión
entre ambos en la casa de la mujer. «Le pegó un puñetazo en la
cara, arrastrándola por el suelo y sacándole a la puerta de la
casa», declara como probado la sentencia. El sospechoso, en la
vista, alegó haberlo hecho porque «ella estaba rompiendo los
objetos de la casa y se vino hacia él, pensando que ella le iba a
pegar».
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