La conductora que presuntamente llevó a cabo esta acción condujo
con peligro para el tráfico al menos unos cuatro kilómetros. Esta
es la distancia que separa el lugar de la carretera de sa Caleta,
junto al cruce de la Ponderosa, donde supuestamente impactó contra
tres vehículos, y el sitio en el que una patrulla de la Guardia
Civil la interceptó, ya en Can Cifre, según informaron fuentes de
la Policía Local de Sant Josep. La sospechosa estaba ayer tarde
pendiente de ser juzgada mediante un juicio rápido.
M.I.T., una francesa residente en Eivissa de 37 años, conducía
un Mercedes 230-E. al que la Guardia Civil dio el alto poco antes
de las cuatro de la madrugada después de que los agentes
descubrieron en la oscuridad que dicho vehículo circulaba sin una
sola luz. Al pararla, los guardia también comprobaron no soló los
extraños golpes que presentaba su coche sino también que ésta
evidenciaba síntomas de ir al volante bajo los efectos del alcohol.
La etilometría que se le practicó dio positivo, arrojando una tasa
de 0,94.
Todas las sospechas se confirmaron cuando, junto con la Policía
Local de Sant Josep, se comprobó que tres vehículos que había
estacionados frente al aeropuerto presentaban daños. Se da la
circunstancia de que uno de ellos era propiedad de otro francés. De
los tres coches, el más perjudicado fue un Renault Laguna. Los
otros dos turismos que sufrieron desperfectos fueron un Volkswagen
Polo y un Renault 4. M.I.T. quedó detenida y tras la
cumplimentación del atestado fue puesta en libertad con obligación
de comparecer ante el juez cuando se le citase. La Policía Local de
Sant Josep realizaba ayer gestiones para intentar localizar a todos
los testigos y que el caso se resolviera enseguida gracias a la
nueva normativa de juicios rápidos. El Código Penal establece por
este tipo de hechos multas y penas de privación del derecho a
conducir.
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