El establecimiento, llamado «El Halcón», está ubicado en sa
Indioteria y fue alquilado hace tres años por Domingo Pozo, que
tenía serios problemas con la propietaria por impago de facturas.
El día del crimen, el primero del año, Domingo Pozo escapó de
s'Arenal, tras matar a su es compañera y dejar malheridos a sus
hijos.
La Policía Judicial de la Guardia Civil se desplegó de inmediato
para detenerlo, y el primer lugar que visitaron fue el bar que
regentaba, ante la posibilidad de que se encontrara escondido en el
interior. Los agentes se encontraron con la barreras metálica
cerrada, y procedieron a forzarla. A continuación registraron todo
el local, de pequeñas dimensiones, y no hallaron ni rastro de
Domingo, que se entregó horas después en la Comandancia. Desde su
captura e ingreso en prisión, «El Halcón» ha permanecido cerrado al
público, pero ayer los vecinos descubrieron que lo habían
desvalijado. Un hermano del asesino se desplazó hasta el negocio, y
confirmó el robo. El Cuerpo Nacional de Policía fue puesto al
corriente de la situación, y ha abierto una investigación para
aclarar las circunstancias. La hipótesis principal es que el robo
no guarda ninguna relación con los dramáticos acontecimientos de la
calle Torrent de s'Arenal, donde la familia Crevillent fue
tiroteada, y que unos delincuentes comunes aprovecharon que la
persiana metálica ya había sido violentada por la Guardia Civil
para volver a entrar.
Por otra parte, ayer al mediodía las autoridades locales y
autonómicas de la Isla guardaron un minuto de silencio en memoria
de Pilar. Al acto celebrado frente a la sede del Govern balear
asistieron la vicepresidenta del Ejecutivo autonómico, Rosa
Estarás; la consellera de Presidencia y Deportes, Rosa Puig; la
directora del Instituto de la Mujer, Isabel Llinás, y la presidenta
del Instituto de Servicios Sociales, Margalida Vilanova.
Rosa Estarás destacó después la importancia de «educar en la
igualdad», ya que la violencia doméstica parte de una cultura que
«supone un dominio del sexo masculino sobre el femenino». La
alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, dijo que casos como el de Pilar
«no deberían volverse a repetir», mientras que Francesc Antich
pidió una ley integral contra la violencia doméstica. Por último,
el hijo mayor de Pilar, Jaime, de 21 años, «ha iniciado el proceso
de despertar» y evoluciona favorablemente, en tanto que el menor,
José, de 18 años, sigue estando estable «dentro de un pronóstico de
extrema gravedad», según los médicos.
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