Un joven procedente de Barcelona detenido en la víspera de
Nochevieja en el aeropuerto con cerca de 200 éxtasis y pequeñas
cantidades de hachís y cocaína fue la última persona detenida
durante 2003 dentro de los dispositivos antidrogas que ha
establecido la Guardia Civil en las entradas de la isla. Días atrás
lo fueron un hombre que se escondió en un contenedor de basura tras
descubrírsele bajando del barco con 22 kilos de hachís y un
'correo' colombiano que desembarcó de un avión con medio kilo de
cocaína.
Durante el año pasado, cerca de medio centenar de personas se
vieron en la misma tesitura. Dicha vigilancia, especialmente la
desarrollada por agentes de la unidad de Especialistas Fiscales, se
plasmó en el decomiso de 37 kilos de hachís, casi cuatro de cocaína
y más de 2.000 éxtasis destinados a la venta a pequeña escala. El
conjunto de la droga está valorada en más de 400.000 euros. A todos
estos decomisos hay que añadir la intervención de 200 gramos de
ketamina que portaba un pasajero. Una buena parte de los
sospechosos serán acusado de un presunto delito de tráfico de
drogas y tendrán que sentarse en el banquillo ante la Audiencia
jugándose penas de más de cinco años de prisión. La mayor parte de
la droga fue descubierta entre el equipaje y la vestimenta de los
detenidos.
Los 'correos', de las redes colombianas, sin embargo, fueron
sorprendidos con la droga oculta en muñecos de peluche, figuras y
entre los alimentos e, incluso, pegada al cuerpo. Caso curioso fue
el de un cubano que fue detenido en los días previos al cierre de
las discotecas tras requisársele en el aeropuerto 200 éxtasis.
Quedó libre y sin cargos después de que varios amigos se
responsabilizaran de la droga y el juez determinara que se estaba
ante un posible caso de consumo compartido.
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