Las compañeras de Pilar se concentraron ayer en señal de protesta y duelo.

GUILLEM PICO/J.FRANCISCO MESTRE
Domingo Pozo Martínez, el hombre que supuestamente mató a disparos a su ex compañera sentimental e hirió de gravedad a dos hijos de ésta se entregó a las tres de la madrugada de ayer en la Comandancia de la Guardia Civil. El sospechoso, de 41 años de edad, afirmó que no se acordaba de nada de lo que había pasado y no quiso declarar. Los dos hijos de la víctima seguían ingresados ayer en estado grave en Son Dureta y Son Llàtzer. A lo largo del día se fueron sucediendo las manifestaciones y actos de repulsa contra este brutal crimen, cometido sobre las 21.50 horas de la noche del jueves, día de año nuevo, en s'Arenal de Llucmajor.

La fallecida, Pilar Crevillent Lorente, de 41 años de edad, era viuda desde hace unos tres años y tenía tres hijos, Jaime M.C., José M.C. de 21 y 18 años respectivamente y una niña de 16 años, Pilar M.C. Todos ellos vivían en el número 31 de la calle Torrent de s'Arenal de Llucmajor. La vivienda consta de planta baja y primer piso. En la parte superior residía la familia. Cuando se produjeron los hechos, Pilar Crevillent se encontraba junto a sus tres hijos y la novia de José. Pilar y Domingo Pozo habían mantenido una relación sentimental después de que ella se quedara viuda, pero se rompió hace bastante tiempo. No obstante, el presunto criminal no había dejado de «molestarla», según explicaron los familiares y vecinos de la víctima. Desde hace unos días se le veía merodear por la zona y de hecho, el día de Nochebuena estaba en un bar que se encuentra a pocos metros de la casa y quiso invitar a tomar una cerveza a Miguel Lorente, tío de Pilar que vive justo enfrente de ella. Pilar Crevillent era la mediana de tres hermanos. La hermana mayor reside también en la zona de s'Arenal de Llucmajor al igual que otros familiares. La víctima trabajaba en el servicio de la limpieza en Son Dureta desde hace unos tres años. Las compañeras de trabajo manifestaron que también el día de Nochebuena, Domingo había ido a buscarla al hospital y dos de ellas la tuvieron que acompañar hasta el coche porque temían que le pudiese hacer algo. Al verla, Domingo le dijo «si necesitaba escoltas», indicaron ayer las compañeras.

Domingo Pozo le había quitado a la hija pequeña de Pilar Crevillent las llaves de la vivienda hace unos días y así pudo acceder a su interior. Dentro de la casa, en el salón, se inició una fuerte discusión que se oyó desde buena parte de la calle y a continuación se escucharon varios disparos. Pili, la hija pequeña escapó y bajó a la calle para pedir ayuda y resultó ilesa. La novia de José se escondió debajo de la cama y también se salvó de los disparos del agresor. Pilar Crevillent murió en el acto al recibir dos disparos, mientras que sus dos hijos Jaime y José, que estaban uno al lado del otro, resultaron heridos de gravedad, especialmente José que se encontraba ayer en estado crítico. El sospechoso, tras disparar a la familia se marchó del lugar y cinco horas después se entregó a la Guardia Civil de Palma, pero manifestó que no se acordaba de nada y se puso a llorar cuando le dijeron que Pilar había fallecido.

Francisco Cruz, cuñado de la víctima, afirmó ayer que Domingo «lo tenía claro y sabía lo que iba a hacer, y no está loco porque si no se habría pegado un tiro y no lo hizo». «Había robado las llaves hace unos días, subió con una escopeta de caza repetidora con cuatro cartuchos, uno para la mujer y tres para los tres hijos, y disparó tres porque la niña escapó», manifestó Francisco indignado, porque «no es normal que una persona que ha sido denunciada por malos tratos tenga una licencia de armas, y a esta escopeta le había quitado una varilla para poder disparar cuatro veces, porque si no sólo se pueden hacer dos disparos seguidos», manifestó.

El presunto criminal huyó dejando a Pilar Crevillent muerta en el suelo del salón y a los dos jóvenes heridos. De inmediato se personaron en el lugar de los hechos tres ambulancias, media docena de vehículos de la Guardia Civil y de la Policía Local de Llucmajor y decenas de vecinos. El personal sanitario se llevó a los dos heridos y también asistió a una familiar de la víctima, que se desvaneció. La presencia de Domingo por la zona en los últimos días había sorprendido a los familiares de Pilar, que sabían que él era violento, había sido denunciado por malos tratos, y se ponía «muy agresivo cuando bebía», pero «no me imaginaba que pudiese llegar a hacer eso», dijo el cuñado de Pilar. Justo después del crimen varios familiares fueron a por él pero no lo encontraron.