La fallecida, Pilar Crevillent Lorente, de 41 años de edad, era
viuda desde hace unos tres años y tenía tres hijos, Jaime M.C.,
José M.C. de 21 y 18 años respectivamente y una niña de 16 años,
Pilar M.C. Todos ellos vivían en el número 31 de la calle Torrent
de s'Arenal de Llucmajor. La vivienda consta de planta baja y
primer piso. En la parte superior residía la familia. Cuando se
produjeron los hechos, Pilar Crevillent se encontraba junto a sus
tres hijos y la novia de José. Pilar y Domingo Pozo habían
mantenido una relación sentimental después de que ella se quedara
viuda, pero se rompió hace bastante tiempo. No obstante, el
presunto criminal no había dejado de «molestarla», según explicaron
los familiares y vecinos de la víctima. Desde hace unos días se le
veía merodear por la zona y de hecho, el día de Nochebuena estaba
en un bar que se encuentra a pocos metros de la casa y quiso
invitar a tomar una cerveza a Miguel Lorente, tío de Pilar que vive
justo enfrente de ella. Pilar Crevillent era la mediana de tres
hermanos. La hermana mayor reside también en la zona de s'Arenal de
Llucmajor al igual que otros familiares. La víctima trabajaba en el
servicio de la limpieza en Son Dureta desde hace unos tres años.
Las compañeras de trabajo manifestaron que también el día de
Nochebuena, Domingo había ido a buscarla al hospital y dos de ellas
la tuvieron que acompañar hasta el coche porque temían que le
pudiese hacer algo. Al verla, Domingo le dijo «si necesitaba
escoltas», indicaron ayer las compañeras.
Domingo Pozo le había quitado a la hija pequeña de Pilar
Crevillent las llaves de la vivienda hace unos días y así pudo
acceder a su interior. Dentro de la casa, en el salón, se inició
una fuerte discusión que se oyó desde buena parte de la calle y a
continuación se escucharon varios disparos. Pili, la hija pequeña
escapó y bajó a la calle para pedir ayuda y resultó ilesa. La novia
de José se escondió debajo de la cama y también se salvó de los
disparos del agresor. Pilar Crevillent murió en el acto al recibir
dos disparos, mientras que sus dos hijos Jaime y José, que estaban
uno al lado del otro, resultaron heridos de gravedad, especialmente
José que se encontraba ayer en estado crítico. El sospechoso, tras
disparar a la familia se marchó del lugar y cinco horas después se
entregó a la Guardia Civil de Palma, pero manifestó que no se
acordaba de nada y se puso a llorar cuando le dijeron que Pilar
había fallecido.
Francisco Cruz, cuñado de la víctima, afirmó ayer que Domingo
«lo tenía claro y sabía lo que iba a hacer, y no está loco porque
si no se habría pegado un tiro y no lo hizo». «Había robado las
llaves hace unos días, subió con una escopeta de caza repetidora
con cuatro cartuchos, uno para la mujer y tres para los tres hijos,
y disparó tres porque la niña escapó», manifestó Francisco
indignado, porque «no es normal que una persona que ha sido
denunciada por malos tratos tenga una licencia de armas, y a esta
escopeta le había quitado una varilla para poder disparar cuatro
veces, porque si no sólo se pueden hacer dos disparos seguidos»,
manifestó.
El presunto criminal huyó dejando a Pilar Crevillent muerta en
el suelo del salón y a los dos jóvenes heridos. De inmediato se
personaron en el lugar de los hechos tres ambulancias, media docena
de vehículos de la Guardia Civil y de la Policía Local de Llucmajor
y decenas de vecinos. El personal sanitario se llevó a los dos
heridos y también asistió a una familiar de la víctima, que se
desvaneció. La presencia de Domingo por la zona en los últimos días
había sorprendido a los familiares de Pilar, que sabían que él era
violento, había sido denunciado por malos tratos, y se ponía «muy
agresivo cuando bebía», pero «no me imaginaba que pudiese llegar a
hacer eso», dijo el cuñado de Pilar. Justo después del crimen
varios familiares fueron a por él pero no lo encontraron.
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