La Piper Challenger del Real Aeroclub Ibiza celebraba ayer con sus socios la séptima edición consecutiva de la gincana que esta entidad venía organizando con motivo de la festividad de Nuestra Señora de Loreto. Nadie se explicaba ayer el fallo del motor, teniendo en cuenta que las revisiones se llevan a rajatabla y que todos los pilotos realizan las oportunas comprobaciones antes de despegar. Además, la avioneta contaba con sistemas de vuelo para aumentar la sustentación.

La prueba es una excusa que los socios tienen con sus amigos para disfrutar de un día. No se trata de ser el más rápido, sino el más preciso: pasar por los puntos de navegación prefijados a la hora asignada. Ayer, había previstos 16 vuelos. El accidente tuvo lugar justo a mitad de prueba.Los vuelos tienen una duración de unos 25 minutos. Los tripulantes despegan del aeropuerto de Eivissa y tras ello sobrevuelan la iglesia de Sant Rafel y el faro del puerto de Sant Antoni. Luego se pasa por Sant Josep antes del aterrizaje. Los pasos de la avioneta por los puntos fijados son controlados por los propios socios cronómetro en mano. Días después, en este caso el miércoles, estaba prevista una cena de hermandad. La Piper siniestrada, un modelo de 1973, desarrolla una potencia de 180 caballos. Tiene una autonomía de vuelo de cuatro horas y una velocidad de crucero de 210 km/h.