La Guardia Civil de Eivissa, tras más de un mes de investigación y
ante la falta de nuevas pistas que permitan identificar al hombre
cuyo cadáver fue encontrado el pasado 24 de octubre al pie de un
acantilado de Santa Eulària, propondrá que los códigos genéticos de
dicha persona formen parte del 'Programa Fénix'. Ello permitirá
introducir la información sobre el ADN de la víctima en un banco de
datos que gestiona el instituto armado en colaboración con la
Universidad de Granada y que se creó precisamente para intentar en
el futuro reconocer a personas que hoy en día no han podido ser
identificadas.
La propuesta se lleva a cabo después de que también quede
descartada la última pista que se ha barajado. Esto era la
posibilidad de que el desconocido fuera un holandés de mediana edad
que acostumbraba mucho a desplazarse en bicicleta y al que se le
suponía residencia dentro del municipio de Santa Eulària. Esta
información, sin embargo, queda eliminada al saberse ahora que
dicha persona sigue aún con vida.
La inspección ocular y las investigaciones que ha llevado a cabo
la unidad de Policía Judicial por este caso, pese a la ausencia de
datos identificativos, han permitido conocer que la víctima era un
hombre de unos 30 años de edad, posiblemente extranjero, que
pereció tras resbalar en el precipicio y caer de unos 30 metros
cuando regresaba a la cueva en la que vivía, ubicada entre los
hoteles Ses Estaques e Ibiza Sol. Dicha hipótesis se fundamentó en
un detenido análisis de las marcas halladas al pie del acantilado
que delataban la existencia de un resbalón a un escaso metro de la
entrada de la cueva donde la víctima guardaba sus pertenencias.
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