«Soy una persona pacífica y tranquila y quien me conoce sabe que no mataría a una hormiga. En la calle, me aparto si veo a una para no pisarla». Así se presentó ayer ante la juez que debía juzgarle un vecino de Santa Eulària que se enfrenta a una pena de un año y cuatro meses de cárcel por supuestas amenazas de muerte a su mujer.

El acusado, que se hallaba en prisión preventiva por esta causa y que se encuentra en tratamiento psiquiátrico por un trastorno bipolar, quedó libre tras su juicio después de que la defensa lo pidiera expresamente y el representante fiscal no se opusiera a ello.

Durante el juicio el forense señaló que no se podía determinar que el sospechoso hubiera sufrido una crisis con una gravedad tal que le impidiera ser dueño total de sus actos. Su médico indicó que el paciente había necesitado ya 16 ingresos en Can Misses, la mayoría de ellos voluntarios.

Los hechos ocurrieron el pasado mes de noviembre en un domicilio de Santa Eulària y, tras ellos, la Guardia Civil le detuvo. La denunciante afirmó que su marido le había dicho lo siguiente: «yo iré a la cárcel pero tú vas a hacerle compañía a tu hermano en poco tiempo». Se da la circunstancia de que el hermano de dicha persona había muerto recientemente. Los temores de la víctima, que ayer fueron ratificados ante el juez, se agravaron aún más cuando habló con un hijo suyo y éste le aseguró que su padre le había llamado para decirle que había comprado una escopeta de pesca para matar a su madre.