Los bomberos del Consell trabajaron casi todo el día para impedir que el fuego se reiniciara. Foto: M.TORRES

Los bomberos tuvieron que pasar todo el día de ayer apagando el fuego que se originó en un vertedero ilegal ubicado en un terreno de titularidad privada de la zona de Can Coix, en el municipio de Sant Antoni.

Las causas del incendio aún están por dilucidar, aunque el responsable de los bomberos del Consell que acudieron a sofocar el fuego, Julián Vega, dijo ayer, mientras sus hombres apagaban las llamas, que «lo más probable es que fuera provocado», ya que en esta época del año resulta improbable que se origine de forma espontánea.

Al lugar del incendio acudió, además de los bomberos, el propio alcalde de Sant Antoni, José Sala, una patrulla de la Guardia Civil y otra del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de este cuerpo. De hecho, el Seprona tiene previsto abrir dos expedientes contra el propietario de los terrenos en los que se encuentra este vertedero ilegal, Vicente Riera. El primero de los expedientes es por causar, presuntamente, el incendio y el segundo por crear un vertedero ilegal. Además, este basurero tapa parcialmente parte del torrente que discurre por la zona, por lo que el Govern también podría abrir un expediente contra Riera, propietario del restaurante Cala Salada -ubicado muy cerca del vertedero-, por ocupar el cauce del torrente con diversos tipos de basuras. El fuego destapó un espectáculo denigrante. Según los bomberos, la gran cantidad de capas de desechos del vertedero delatan que en lugar se acumula basura desde hace muchos años.

Al remover la tierra aparecieron sobre todo escombros y palés de madera -origen de las llamas-, pero también numerosos electrodomésticos como cámaras frigoríficas e incluso baterías de coche, que contienen ácido sulfúrico. Julián Vega recordó ayer que una sola gota de este químico pude contaminar miles de litros de agua y dañar gravemente la capa freática. Ahora, las excavadoras y los camiones deben encargarse de limpiar toda la zona.