El abogado de la madre del niño de nueve años que murió ahogado en
abril de 2001 al caerse a un pozo de Puig d'en Valls pide a la
comunidad de vecinos propietaria de este pozo una indemnización de
363.000 euros (60 millones de pesetas).
María del Rosario cano explicó ayer a este diario que no quiere
el dinero sólo para ella «porque no me soluciona nada», sino para
el futuro de su hija mayor que, dice, está «muy afectada y pensando
en el suicidio».
Ayer se celebró una vista previa del caso en el Juzgado de lo
Civil número 3 de Eivissa. La juez decidió posponer la vista para
estudiar las contestaciones de la acusación a las excepciones
procesales propuestas por la parte demandada, que argumentaban la
prescripción y falta de legitimación pasiva, según Europa Press.
Tras concluir la vista, Cano recordó que «al pozo en el que cayó mi
hijo, que tiene 38 metros de profundidad y seis de agua, podía
haber caído cualquiera, pues el agujero sólo estaba cubierto con
unas maderas podridas». «Mi hijo las pisó y cayó y, según la
autopsia, murió ahogado». Cano dijo también que su abogado está
dispuesto «a llegar hasta el final».
«Si es necesario llegar hasta el Tribunal Supremo, lo haremos
sin dudarlo». La mujer recordó también que su hijo fallecido «no
tenía padre» porque nunca lo conoció.
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