El caso de una limpiadora que murió hace dos años en el montacargas de un restaurante chino de Sant Antoni se ha convertido en una causa penal. Los allegados de la víctima llevan a juicio a los que consideran responsables del accidente.

La acción legal emprendida por la familia de la mujer de 55 años que pereció en el inmueble que ocupan el «Bar Escandell» y un restaurante chino de Sant Antoni en la mañana del 28 de octubre del año pasado al golpearse fatalmente la cabeza cuando se hallaba en un montacargas que comunica los dos pisos será materia para un juicio que se celebrará en los próximos días.

Sólo esta parte presenta cargos ya que el fiscal no ha formulado por el momento ninguna acusación formal durante el proceso al considerar, en principio, que no se puede achacar ninguna responsabilidad por negligencia a las personas vinculadas a estos locales.

El siniestro, al parecer, ocurrió cuando la víctima, de nacionalidad española aunque de origen filipino, entró en el ascensor y pidió que alguien activara el mecanismo, posiblemente para subir a un piso superior, según los preliminares de la investigación que realizó en su día la Guardia Civil. La víctima, por razones que deben aclararse en juicio, sacó la cabeza por una ventana en el mismo momento en que se ponía en marcha el montacargas.

En la clase de elevadores como en el que ocurrió este accidente, sólo está permitido el transporte de mercancías y no de personas, por lo que la hipótesis de una posible negligencia siempre se consideró durante la instrucción.

La jueza tendrá que esclarecer si el hecho de subir los trabajadores al montacargas era algo habitual o si éste fue un caso aislado y desgraciado y si el peligro que entrañaba el uso del ascensor por personas estaba lo suficientemente explicado a través de carteles y otras instrucciones. Todo ello, a fin de aclarar si de lo sucedido se puede derivar alguna responsabilidad a los propietarios de los negocios afectados.