Unas pocas gotas de lluvia convierten el asfalto ibicenco en una pista de patinaje para los vehículos de cuatro ruedas y una trampa mortal para las motocicletas.

Las cuatro gotas que cayeron el pasado lunes sobre el asfalto de la ciudad de Eivissa causaron ocho accidentes de tráfico, uno de ellos grave, según la Policía Local de Eivissa. Los expertos recomiendan extremar la precaución ante la reconocida mala calidad del asfalto de Eivissa, que se hace considerablemente más peligroso a causa de la lluvia.

El pasado lunes apenas llovió en Eivissa, pero fue suficiente para que, en apenas tres horas, se produjeran ocho colisiones. Recientemente, un agente de la Guardia Civil explicó ante un juez de Eivissa que los encargados de realizar los atestados de tráfico emplean en la isla unas ecuaciones diferentes a las que aplican en la Península. El motivo, explicó, radica en la mala calidad del asfalto de la isla y su rápido deterioro. «De pronto, los conductores se ven sorprendidos porque el coche les derrapa enseguida», dijo ayer un agente policial acostumbrado a atender accidentes de circulación.

Según se desprende de las explicaciones del mencionado agente de la Guardia Civil en los juzgados, la distancia de frenado sobre el asfalto de Eivissa es mayor que la necesaria en las carreteras de la Península. Por este motivo, para evitar un colisión en las carreteras de Eivissa es necesario pisar el freno antes que en la Península. Con lluvia, como es lógico, aumenta la distancia de seguridad. El barrillo que forman las primeras gotas de lluvia, sobre todo en las rotondas, que los expertos califican en el caso de Eivissa como «peligrosísimas», convierte el asfalto en una auténtica de patinaje para los vehículos de cuatro ruedas y, para los ciclomotores y motocicletas, en un peligro mortal.

Por tanto, las personas acostumbradas a conducir en la Península son más propensas a sufrir o provocar accidentes que los conductores habituales de Eivissa, mucho más acostumbrados a rodar sobre asfaltos de mala calidad. Además, los accidentes suelen registrarse en unas zonas ya conocidas precisamente por su gran siniestralidad. Algunas rotondas, como la de ses Figueretes y la de Can Cifre, son dos de estos puntos calientes.

Pero además de la calidad del asfalto, apuntaron los expertos, el exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas son dos factores determinantes en los accidentes de tráfico que se registran en Eivissa.

El accidente de tráfico más grave del pasado lunes se registró a las seis horas de la madrugada en la Avenida de la Paz, en el cinturón de ronda de la capital pitiusa. Un joven motorista ibicenco de 18 años, B.E.T, derrapó y cayó de su ciclomotor. Una ambulancia del 061 trasladó al joven a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, donde fue operado y se recupera satisfactoriamente de sus heridas. Sufrió un grave traumatismo facial y varias heridas en las extremidades inferiores.

Un corte en una de las piernas le produjo al joven ibicenco una cicatriz de casi 40 centímetros.

Los otros siete accidentes de tráfico del pasado lunes fueron colisiones que apenas causaron heridas leves, pero que costarán miles de euros a particulares y compañías de seguros.

Frente al bar Mar y Sol, en la calle Vicente Ramón i Tur, colisionaron un turismo y un camión. En la rotonda de ses Figueretes, uno de los puntos más calientes del municipio, chocaron dos turismos, al igual que ocurrió en la Avenida de España, en el estacionamiento de la calle Murcia y en la esquina de la calle Vicente Cuervo con Juan de Austria. Además, en la Avenida de España también colisionaron un turismo y un ciclomotor.

Los estudios indican que, a pesar de su provisionalidad y de su escasa duración, en las zonas parcheadas se registran menos accidentes que antes de ser reparadas.