La caseta de sa Punta des Molí.

«Las autoridades no han instalado la caseta para presentar denuncias en el Paseo Marítimo de Sant Antoni porque temen una avalancha». Esto es lo que piensa Juan Torres, presidente de la Asociación de Comerciantes de Sant Antoni, que, además, dice que el delegado del Gobierno en Balears, Miquel Ramis, oculta la realidad cuando dice que el número de delitos ha bajado este verano respecto a 2002. «Los delitos han aumentado en Sant Antoni y en Eivissa, eso es seguro, lo que no dudo es que se hayan producido menos denuncias, porque presentarlas es un calvario que, además, suele ser inútil».

Al margen de subjetividades, lo cierto es que las promesas que realizó a comienzos de temporada la delegada del Gobierno en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregui, han caído en saco roto.

De hecho, la prometida caseta para recibir denuncias en Sant Antoni no se ha instalado, ni tampoco la videovigilancia, que Sánchez-Jáuregui pensaba lograr instalar a principios de la presente temporada turística.

Ante tanta promesa incumplida y ante el presuntamente falso descenso de la delincuencia anunciado por Ramis y que no se corresponde con sentir de la calle, el enfado de los comerciantes de Sant Antonio es monumental. «Es evidente que la delincuencia ha aumentado, tal vez habrá bajado el número de denuncias, pero no los delitos, que estamos seguros que se han incrementado, al menos en los casos de los robos. Estamos igual que siempre. Todo el mundo se encuentra con una gran dificultad a la hora de poner denuncias: los comerciantes no pueden perder toda la mañana o todo un día y los turistas no pueden perder un día de sus vacaciones. Lo que Ramis debería decir es que ha disminuido el número de denuncias, pero en ningún caso que se producen menos robos, porque eso es cerrar los ojos ante la realidad. A nosotros sólo nos queda protestar», lamentó Juan Torres.