JOSE MARIA ALONSO - S. M. D.
Guido Scheuyens, el alemán de 37 años que murió el pasado 27 agosto en el interior de una casa de Can Lluís de sa Rota, era en su país un conocido empresario de la construcción adicto al consumo de estupefacientes, en especial a la cocaína, según explicaron ayer en el diario NWZ de la ciudad de Düsseldorf. La empresa de Scheuyens radica en la pequeña población de Moërs, cerca de Düsseldorf. Era la primera vez que este hombre viajaba a Eivissa. Según las últimas pesquisas de la Guardia Civil, Scheuyens estaba alojado en una casa de Can Lluís de sa Rota que le había prestado un compatriota.

Desde el primer momento se sospechó que la muerte de este alemán se pudo deber al consumo de algún tipo de sustancia estupefaciente, una hipótesis que cobra fuerza teniendo en cuenta su conocida afición a la cocaína. De hecho, cuando los agentes de la Policía Local de Santa Eulària llegaron a la casa en la que se encontraba el alemán -que previamente había entrado en otra residencia colindante-, se lo encontraron completamente ensangrentado a causa de los golpes que se propinó contra muebles y otros enseres, además de cortes con cristales e, incluso, debido a los mordiscos de los pastores alemanes que custodian una de las viviendas en las que entró. Al poco de llegar la policía

Las autoridades han enviado muestras de sangre del alemán a laboratorios de Palma para comprobar si, efectivamente, fue el consumo de drogas lo que produjo su fallecimiento. No obstante, fuentes médicas cercanas a la investigación dijeron ayer que es posible que la causa de que el alemán se causara tantas heridas sea una patología mental. Sin embargo, en el diario NWZ no se tiene constancia de que Scheuyens padeciera alguna enfermedad mental ni tampoco de que estuviera en tratamiento médico.