EUROPA PRESS- MÀLAGA

Encarnación Guzmán, madre de la joven de Coín (Málaga) Sonia Carabantes, cuyo cuerpo sin vida apareció el pasado 19 de agosto, aseguró ayer que su deseo es que los culpables «lo paguen» y la condena la cumplan «toda, lo que sea, pero toda porque esto no se hace a una persona». «Que cumplan la condena y los tengan encerrados; que no vengan diciendo que no tengo pruebas; que cuando los cojan los cojan bien», sentenció tras conocerse que pruebas de ADN relacionan la muerte de su hija con la de la joven mijeña Rocío Wanninkhof, asesinada hace cuatro años.

En este sentido, indicó que si los culpables la escucharan les preguntaría «por qué han hecho esto», así como «por qué se la llevaron y no la dejaron en la puerta de mi casa». «A mi hija no la voy a tener más», señaló, «pero al menos que los que lo hicieron sufran como sufrió ella», dijo reiterando que su hija «era una niña que no se metía con nadie y ahora me la han quitado así; ¿por qué?». Respecto a la relación con el caso de la muerte de Rocío Wanninkhof, manifestó no saber si este hecho favorecerá a la investigación ni si esta nueva situación descarta que los culpables sean del entorno de Sonia. A este respecto, dijo que la noticia se la comunicó su hermana, aunque, posteriormente, le fue confirmada por la Policía Judicial, y esperó que si finalmente existe una clara relación, «el caso de Rocío también se pueda resolver».

La madre de la joven de 17 años habló con Alicia Hornos, quien le comentó que no sabía qué relación podían tener ambos casos. Respecto al entierro de su hija, afirmó que «no tengo prisa y quiero que lo hagan todo cuando sea», al tiempo que aseguró que cuando se terminen todas las pruebas se llevará a cabo el sepelio. Asimismo, Encarnación Guzmán reconoció que la familia está viviendo el día a día «mal, porque queremos las cosas más rápidas y no se puede». No obstante, se mostró contenta con el la investigación.