«Cualquier día puede haber una desgracia. Si en las plantas
superiores ocurre un incendio importante y nos quedamos encerrados
sólo tenemos dos opciones: tirarnos por la ventana o por el hueco
de la escalera. Nadie puede negar que esto es una ratonera».
Son palabras de una funcionaria de los juzgados que suscriben el
sentir que se produjo ayer en el edifcio después de que saltara la
alarma de seguridad al declararse un incendio en el cuarto del
ascensor, un hecho que motivó la evacuación de las dos plantas
superiores del inmueble. Se da la circunstancia que el motor del
ascensor había sido reparado unas horas antes después de un mes de
avería. «Ayer ya se comentaba que olía a quemado», explicó otra de
las funcionarias. El fuego, que se inició sobre las nueve de la
mañana posiblemente por un cortocircuito, fue rápidamente atajado
gracias a la decidida intervención del equipo de seguridad de los
juzgados. Uno de los vigilantes irrumpió en el cuarto y valiéndose
de un extintor evitó que las llamas fueran más allá.
El humo y el olor a quemado fue detectado enseguida en la planta
donde se hallan los juzgados de instrucción números 5 y 6. El
secretario de uno de estos juzgados bajó a la planta donde estaban
las dependencias de los juzgados de lo penal y la Fiscalía para
avisar al resto de funcionarios, quienes no se habían percatado de
la situación. Enseguida se procedió al desalojo como medida de
precaución. Al menos una de las afectadas se hallaba embarazada. El
vigilante que apagó el fuego ya intervenía para entonces al haber
sido detectado lo que ocurría mediante el sistema general de
seguridad. Los juzgados habían estado hasta entonces durante al
menos casi un mes con sólo uno de sus ascensores en funcionamiento,
una carencia que suele ser habitual en el inmueble.
Inseguridad
Los propios funcionarios señalan que la alarma que se generó ayer
no fue nada más que un incidente, pero que de su transfondo subyace
la situación de inseguridad que se respira en el edifcio.
«Nadie sabe muy bien cómo actuar en situaciones así y tampoco
nadie nos ha explicado nada. La pregunta que nos hacemos todos es
qué puede ocurrir si en una zona con material altamente combustible
del edifcio empieza de súbito a arder». Estas mismas fuentes
recordaron que, por falta de espacio, se apilan en lugares
improvisados mucho material facilmente combustible.
Los funcionarios tenían previsto recibir hace poco un curso de
prevención y riesgo. El curso se suspendió, según asegura uno de
ellos. «Es un dato más a otras carencias que creemos que
soportamos». Los trabajadores de los juzgados aseguran que, pese a
ser un edifico administrativo, no existen siquiera unas mínimas
directrices para proceder a una evacuación ordenada en caso de una
alarma grave y menos aún un plan director de emergencia. «Por no
tener no tenemos un botiquín de primeros auxilios a mano por si se
necesita algo. Y si se precisa por cualquier circunstancia, pues, a
la forensía», comenta uno de los funcionarios. Los trabajadores,
ante esta situación, no tiene reparos en manifestar que todo esta
situación generaba desconcierto y muchas dudas.
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