Cinco personas han presentado denuncias por supuestos malos tratos en los juzgados de Eivissa contra otros tantos agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Eivissa.

Estos cinco denunciantes forman parte del grupo de entre 20 y 40 personas, según las fuentes, que la madrugada del pasado miércoles acudió a la puerta de la Comisaría de la Policía Local de Eivissa acompañando a tres personas a quienes los agentes requisaron sus tambores.

Pasada la medianoche, varios vecinos de la Plaza del Parque avisaron por teléfono a la Policía Local de que un grupo de personas estaba tocando los tambores, una circunstancia que confirmó ayer uno estos músicos.

Tras acudir los agentes al lugar y requisar éstos los instrumentos, el grupo se dirigió al retén policial y comenzó a increpar con insultos a la Policía Local. Después de una serie de forcejeos, se avisó al Cuerpo Nacional de Policía, que disolvió al grupo empleando la fuerza. Una de las personas denunciantes asegura que los agentes utilizaron una fuerza desproporcionada con las porras.

Algunas de estas personas acudieron después al servicio de urgencias del hospital de Can Misses con el fin de dejar constancia de los presuntos malos tratos recibidos.

En los partes médicos se diagnosticó que los denunciantes sufrieron policontusiones en diversas partes del cuerpo.

La noche de los hechos la policía detuvo a tres personas, entre ellos a quien se considera el cabecilla. Responde a las iniciales A.C.G., tiene 38 años y ayer se presentó en las oficinas de este diario.

Reconoció que tocaron el tambor en la Plaza del Parque, dijo que comprende que esto es algo que no se debe hacer porque molesta a los vecinos de la zona y apuntó que nunca más lo hará. Dijo que tocaron los tambores durante «muy poco tiempo» y sólo para desearle cumpleaños feliz a un compañero.

Además de A.C.G, la policía detuvo a otras dos personas, mucho más jóvenes que él.

Según la Policía Local, frente a su retén se congregaron cerca de 40 personas, pero una representante de este colectivo asegura que eran la mitad. La policía dice que el grupo comenzó a increpar y a insultar a los agentes, un punto que los músicos y sus compañeros admiten.

Según estos músicos, sus instrumentos, es decir, los timbales, son su «medio para ganarse la vida» y por la tonto resulta muy grave que la policía se los requise.