Los vecinos de la calle Galicia, en el barrio de ses Figueretes, están indignados por el incendio que se produjo la noche del pasado viernes en una casa abandonada de esta calle en la que, desde hace un año aproximadamente, residen varios okupas de distintas nacionalidades, algunos de los cuales son yonkies y se pinchan a la vista de quien pase por el lugar.

«La policía, tanto la Nacional como la Local, saben lo que hay aquí desde hace ya mucho tiempo y no hacen nada, es indignante», criticó ayer, junto a la fachada de la casa, negra por el humo, el propietario de uno de los bares colindantes.

Para los vecinos de la calle Galicia está muy claro que el incendio de esta casa, que en sus buenos tiempos, hace un año, fue un hermoso restaurante, está muy claro que fue provocado. Poco antes, escucharon una fuerte discusión «en español y árabe» entre los supuestos okupas de este edificio.

Uno de los vecinos que escuchó la discusión, que prefiere mantener el anonimato por miedo a posibles represalias, explicó que un joven adicto a las drogas por vía intravenosa intentaba quedarse en el edificio abandonado, tal vez para residir o tal vez sólo por un tiempo, el necesario para inyectarse.