Ahora, gracias a la presión de los vecinos, la policía pasea mucho más que antes por ses Figueretes.

La presión policial en ses Figueretes está obligando a las prostitutas que trabajan la noche en las calles del barrio a ser menos descaradas y más prudentes, según los vecinos. Lejos de estar a punto de desaparecer de la zona, tal y como presumen desde la Delegación del Gobierno, las prostitutas son ahora más discretas: «Trabajan de forma más recatada, se esconden detrás de las jardineras o detrás de una cabina, aparentando que hacen una llamada de teléfono, pero ahí siguen todas», explica Pepe Verdera, portavoz de la Asociación de Vecinos de ses Figueretes.

A raíz de las protestas de los vecinos pidiendo más presencia policial, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y también los de la Policía Local se han esforzado en hacer la vida imposible a las chicas, casi todas senegalesas, y parece que lo están consiguiendo un poco.

El concejal de Gobernación de Eivissa, Leopold Llombard, no tiene constancia de que se haya reducido el número de prostitutas que trabaja en ses Figueretes, pero dice que si ahora su presencia se nota menos es por «el efecto disuasorio, tanto para con ellas como para con sus clientes». «Es la única explicación, porque lo único que hemos hecho es dar paseos, lo mismo nosotros (la Policía Local) que el Cuerpo Nacional de Policía», dijo Llombard, que considera que es imposible erradicar la prostitución callejera y que lo máximo que se puede lograr es cambiar el problema de calle.

El concejal piensa que tal vez hayan sido los mismos proxenetas, sintiendo los ánimos revueltos, quienes han pedido prudencia y discreción a sus chicas hasta que pase el temporal, es decir, hasta que la policía se relaje de nuevo. En los últimos diez días agentes del Cuerpo Nacional de Policía se están dedicando en ses Figueretes a pedir la documentación a quienes consideran sospechosos de algo.