S. M. DEBELIUS
Los vecinos de ses Figueretes llevan mucho tiempo denunciando el ambiente de inseguridad general del barrio. Ante la falta de soluciones se ha creado un clima de desconfianza general hacia las fuerzas del orden y la justicia. La falta de efectivos y la lentitud que conllevan los procesos judiciales han hecho que las víctimas de atracos y robos en la zona no den parte a la policía de los hechos.

Bartolo Roig, presidente de la Asociación de vecinos de ses Figueretes, destaca que lo que ellos denuncian es una cuestión de orden público. El barrio se ha convertido «en un lugar dónde cada uno actúa según sus necesidades». No reclaman nada nuevo, sólo intentan que sus quejas lleguen a oídos de la opinión pública y que las instituciones hagan algo para remediarlo. La dejadez a la que se ven sometidos «forma parte de nuestra historia más reciente», dice Bartolo Roig.

La reunión que mantuvieron ayer las asociaciones de vecinos con Xicu Tarrés, alcalde de Eivissa; Mariena Sánchez Jaúregüi , directora insular; y Leopold Llombart, conseller de la Policía, no les dejó del todo satisfechos. Los vecinos han visto cómo les escuchaban, pero no han obtenido ninguna respuesta o solución viable. Según este representante vecinal, la Dirección Insular y el Ayuntamiento pidieron tiempo para actuar y buscar soluciones. El único compromiso adoptado es para subsanar las disfunciones existentes entre la Policía Local y la Nacional y el traer de nuevo antidisturbios a las zonas calientes.

Todo ello visto con desconfianza por los vecinos que creen que son más actuaciones puntuales que no resuelven el problema de fondo.

Los vecinos se quejan de la falta de cumplimiento de las normas legales. «Todos debemos tener los mismos derechos y obligaciones» comentan algunos vecinos. La posible solución no está cerca, ni siquiera está en el aire. Lo único que esperan los vecinos de los distintos barrios de Eivissa es, cómo dice Roig, «que no nos engañen, que asuman sus responsabilidades y dejen de lado los colores políticos».