La agresión tuvo lugar en este casa del número 3 de la calle Formentera de ses Figueretes. Foto: KIKE TABERNER

La víctima, una mujer castellana de unos 40 años afincada en Eivissa que en su día denunció malos tratos, se encuentra hospitalizada en Can Misses, donde ya no se teme por su vida. La pareja está considerada por sus vecinos como muy conflictiva y eran continuas las peleas entre ambos, motivadas indistintamente por celos y discusiones económicas.

El presunto homicida vivía de nuevo con su pareja desde hace tres meses en un cuarto piso del número 3 de la calle Formentera pese a que ésta, tras una última denuncia formulada el pasado mes de abril, tuviera en su poder una orden de alejamiento a no menos de 500 metros de su persona.

La situación de convivencia en que se hallaba la pareja hace suponer que la mujer había perdonado a su compañero. Según la información recogida por este periódico, los sucesos de malos tratos entre la pareja se habían repetido anteriormente en varias ocasiones pero la pareja siempre volvía a hacer las paces.

Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la madrugada de anteayer cuando H.B., un hombre que según la policía utiliza hasta 22 identidades distintas y que precisamente fue detenido por última vez en abril por lesiones y amenazas a su pareja, aparte de su situación irregular en el país, entró en la habitación donde dormía la víctima. Allí se abalanzó sobre ella y le propinó más de diez puñaladas con las tijera, 'arma' de la que el sospechoso intentó inmediatamente deshacerse arrojándola al tejadillo de un bar. Según la información recogida por este periódico, H.B.bajó a la calle empapado se sangre. Tras recorrer varios metros por la calle Navarra se dirigió hacia un club de 'striptease', lugar donde intentó entrar. Su aspecto le delató inmediatamente.

Él mismo terminó por confesar cuando el portero del local se fijaba en la sangre que había en su camisa y en sus pantalones, así como en las manos. 'Llamen a la policía. Acabo de matar a mi mujer', dijo cuando el portero se interesó directamente por lo que le podía haber ocurrido.

Al recibir la confesión del H.B. se dio aviso a Comisaría. Al mismo tiempo, se movilizaba una ambulancia. La víctima fue evacuada sobre las seis de la madrugada completamente cubierta de sangre después de que el personal sanitario que la atendía pudiera contener las hemorragias que sufría. Tras ello, se procedió a su evacuación al hospital de Can Misses.

El último parte médico facilitado por este centro señalaba que la paciente había sido traslada a una habitación de planta después de que experimentara una evolución favorable. Su pronóstico era de menos grave.