La pelea, que acabó con un navajazo, se produjo en la Avenida 8 de Agosto de Eivissa. Foto: MARCO TORRES

Una presumible deuda de cocaína es el móvil del intento de homicidio en la puerta de la discoteca Pachá. Aún hay muchos aspectos de este caso que la policía desconoce, pero este punto, deuda de narcotráfico, ya está claro. El presunto autor del intento de homicidio, hecho ocurrido a primera hora de la mañana del pasado día 1 en la puerta de esta sala de fiestas de Eivissa, entró en prisión, en régimen preventivo, y acusado de tentativa de homicidio la pasada noche del miércoles, como se informó ayer. Al parecer, el acusado, un barcelonés que aquella madrugada estaba acompañado por otro joven español, se enzarzó en una discusión con otros dos jóvenes, uno de ellos italiano, Antonio G. Fue éste quien acabó con un navajazo en el abdomen que le envió directamente al hospital de Can Misses.

Allí comprobaron que el apuñalamiento no había conseguido dañar ninguna víscera, al menos irreparablemente, y, una vez operado, comenzó una recuperación que acabó en alta médica esta misma semana. El acusado pasó seis días retenido en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes encargados de la investigación de este caso agotaron las 72 horas legales para interrogar al detenido, por lo que tuvieron que solicitar una prórroga de 72 horas más a los juzgados con el fin de continuar las investigaciones. El detenido fue señalado como autor del navajazo por el propio Antoni G. y por varios testigos que se encontraban en la puerta de la discoteca Pachá cuando ocurrieron los hechos.

Desde el primer momento, la Policía Nacional barajó la posibilidad de que este caso no fuera una simple reyerta y que una venganza generada por una deuda por cocaína fuera el auténtico móvil. Si, finalmente, este joven catalán es acusado de intento de homicidio se enfrentará a una pena de cárcel que oscilará entre los 5 y los 10 años de cárcel. Del juicio se tendría que hacer cargo la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca. Los primeros en llegar al lugar de los hechos fueron los agentes de la Policía Local de Eivissa, que lograron detener a los protagonistas de la pelea y organizar el traslado del herido a Can Misses. Varios testigos de la pelea aseguran que quedaron espantados por la violencia de la escena. Al parecer, uno de ellos empleó su vehículo para intentar atropellar a su enemigo.