28/03/03 0:00
Las excavadoras han cumplido con su misión. Tras iniciar el pasado miércoles el derribo de la antigua sala de fiestas de Sa Tanca, en Sant Antoni, en la jornada de ayer la maquinaria pesada terminó de derribar la estructura que ha sido utilizado como domicilio por numerosos 'ocupas' durante los últimos años, convirtiendo el lugar en un foco de delincuencia, según las autoridades y los comerciantes de la localidad. Pero no todos los muros de Sa Tanca serán derribados. Los obreros dejaron ayer la pared exterior del recinto, que de momento no se derruirá. Asimismo, los árboles ubicados en los 10.000 metros cuadrados que ocupaba la sala de fiestas también serán respetados.
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