La Guardia Civil resolvió rapidamente el caso y detuvo al sospechoso.

El joven argentino que se encuentra en prisión tras haberse reconocido autor del atraco con pistola a un taxista de Eivissa durante las pasadas fiestas navideñas cometió presuntamente el robo tras sufrir un ataque de paranoia incitado, según todos los indicios, por un abusivo consumo de cocaína que ingirió en las horas que precedieron al asalto.

Su grado de confusión fue tal que, en uno de los sucesivos viajes que realizó posteriormente con un taxista de Santa Eulària, llegó a preguntarle directamente al conductor si no era él la persona que buscaban después de que se escuchara con nitidez en la emisora del taxi lo ocurrido. Esta es una de las líneas de investigación sobre las que se trabaja en la instrucción de este caso. Todo ello después de que los dos taxistas afectados por lo sucedido, la víctima y el que llevó al presunto atracador de un lado para otro en su coche sin saber nada, también hayan aportado su testimonio en el juzgado tras comparecer en la preceptiva toma de declaración.

'¿Están hablando de mí?'o '¿el del atraco no seré yo?' dijo el sospechoso al taxista de Santa Eulària que le llevó, al parecer hasta dos veces, después del robo y cuando la emisora del taxi informaba de lo ocurrido a su compañero de Eivissa. Según los datos de la investigación judicial, el sospechoso adquirió la pistola simulada con la que se cometió el atraco poco antes de que se decidiera a tomar el taxi cuyo conductor acabó la 'carrera' a punta de pistola en la urbanización Siesta.

Momentos antes, según se informó en su día, el taxista había intentado dirigirse directamente a Santa Eulària pero el ladrón se dio cuenta de su treta y la impidió golpeándole con la pistola en la cabeza. El sospechoso, tras ordenar la parada y arrojar las llaves fuera, se quedó con una tarjeta de la que extrajo el tope de 600 euros. Ello lo hizo tras volver a Eivissa en el otro taxi y visitar un cajero situado a pocos metros del bar donde estaba con unos amigos. El dinero se recuperó y él mismo tras sacarlo dijo, al parecer, a la Guardia Civil que «lo tenía guardado para devolvérselo al hombre al que se lo quité».