Fuentes del 061 indicaron que el hombre, que se rompió una
pierna a causa de la brusca maniobra, y la mujer, que se hizo un
corte en la cabeza, fueron trasladados en ambulancia a la clínica
Rotger de Palma.
La comunicación entre las Pitiüses tuvo que ser suspendida a
partir de las diez y media de la mañana de ayer (con la única
excepción del «Aigües de Formentera», que efectuó el trayecto entre
Eivissa y Formentera a la una del mediodía). La supresión
definitiva de la línea entre ambas islas se dio a las cuatro y
media de la tarde, tras registrarse rachas de viento de fuerza 7 y
8, incluyendo momentos en los que la intensidad del viento llegó a
fuerza 9.
Se cerraba de este modo una jornada que dio comienzo con cierta
normalidad pese al temporal de llebeig que dio comienzo en la
madrugada de ayer lunes. Hasta las nueve y media de la mañana, los
denominados rápidos cumplieron normalmente sus trayectos, pero el
contínuo empeoramiento climatológico obligó a suspenderlos. De
hecho, los ferrys, embarcaciones que los días festivos zarpan más
tarde de lo habitual, ni siquiera intentaron hacerse a la mar una
vez se comprobó que los rápidos habían desistido en su intento de
realizar los trayectos.
Esta suspensión afectó a un grupo de turistas que, desde las
diez de la mañana, permanecían en el puerto de la Savina esperando
inútilmente una embarcación para así poder enlazar con sus
respectivos vuelos de regreso a la península.
En tierra, el viento causó algunos desperfectos. En la carretera
de Santa Agnès, sobre las once y media de la mañana, los bomberos
tuvieron que retirar de la calzada un olivo que había sido
derribado por el vendaval. En Sant Antoni hicieron lo propio con
una farola. Para hoy se espera que continúen los vientos de entre
40 y 50 km/hora.
La Guardia Civil de Eivissa atendió ayer a una denuncia de la
compañía Baleària referente a una pasajero ebrio que importunaba al
resto de los viajeros del buque «Manuel Azaña» que efectuaban el
trayecto entre Palma y Eivissa. El capitán del barco se negó a que
dicho individuo continuara rumbo a Dènia, por lo que la Benemérita
le desembarcó en el puerto ibicenco, una actuación que se llevó a
cabo sin dificultad. El «Manuel Azaña», pese al mal tiempo,
continuó su ruta.
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