El séptimo juzgado de Primera Instancia e Instrucción ha sido una
realidad con la llegada del nuevo año y, tres meses después, en
abril, todo tendrá que estar preparado para que Eivissa pueda
afrontar con plenas garantías los juicios rápidos. El personal de
los juzgados ibicencos está ultimando su preparación para
posibilitar la ejecución de estos dos proyectos, que nacen sin que
se hayan resuelto los graves problemas que sufre la isla en materia
de justicia y sin que haya perspectivas de que Madrid atienda
alguna de las demandas más significativas solicitadas en repetidas
ocasiones desde distintos organismos.
Así, en otra vuelta a la tuerca, se ha hecho, en el 'agotado'
edificio de Isidor Macabich, un nuevo hueco para instalar el
séptimo juzgado, lo que ha supuesto llevarse el juzgado de lo
Social a un piso de la calle Gaspar Puig.
Al tiempo, jueces y fiscales, sin contar el tiempo que se debe
destinar a la formación de todos los funcionarios, buscan fórmulas
para adaptarse a un nuevo sistema de juicios rápidos con el que el
Gobierno quiere acabar con la situación de inseguridad que se vive
especialmente en zonas turísticas como Eivissa. La sensación que
flota en el ambiente, sin embargo, es de algo más que preocupación
al entenderse que es muy posible que se agraven las disfunciones
que ya hay generadas en los juzgados ibicencos por sus particulares
condiciones de falta de espacio y de continua renovación en las
plantillas al ser Eivissa un destino poco apetecido, en general y
especialmente por motivos económicos, para jueces, fiscales y
funcionarios.
Los juicios rápidos van a conllevar una sobrecarga de trabajo
que, según distintas fuentes judiciales, lleva pareja la amenaza de
ocasionar situaciones de 'colapso' en el funcionamiento diario de
los juzgados al no poderse actuar con normalidad. Sólo durante el
verano, y como ya informó este periódico, se atendió durante las
guardias -donde se producirán los juicios rápidos- a más de 700
detenidos, con días hasta con nueve sospechosos prestando
declaración.
Todo ello ocurre después de que durante el año anterior, y con
las mismas carencias ahora agravadas, se vivieron 'apresurados'
reciclajes para cumplir con la nueva normativa de menores y la Ley
de Enjuiciamiento Civil. Junto con la puesta en marcha, además, de
las videoconferencias, asunto de nuevo pendiente con la Audiencia
Provincial. La guinda de todo lo pone el aún futurible proyecto
para que Formentera tenga un 'juzgado móvil'.
El problema más grave que sufre Eivissa es que hoy por hoy no
hay ni siquiera una intención formal por parte ministerial de que
exista un nuevo inmueble para los juzgados. La situación de
agotamiento hace imposible que haya para el ciudadano nuevos
servicios y los que se imponen, como las videoconferencias o el
séptimo juzgado, exigen reorganizaciones que ya han llevado a sacar
del edificio de Isidor Macabich las oficinas de la Fiscalía. Estos
son algunos de los proyectos siempre pendientes.
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