El sospechoso se escondía en las casas deshabitadas del barrio bajo el amparo de los «narcos».

Ernesto Pérez Vega, más conocido como «Spirdeman» y quien fue detenido el pasado mes de septiembre en el corazón de sa Penya por la policía en un servicio en el que resultaron tres agentes heridos, aceptó ayer cumplir una condena de cuatro años de cárcel por los delitos de robo, atentado y lesiones que en esta ocasión motivaron su procesamiento.

El acusado, natural de la localidad leonesa de Congos, de 31 años, y catalogado por la policía como delincuente habitual de la isla, pudo ser apresado después de que las unidades del Cuerpo Nacional de Policía se enfrentaran a personas relacionadas con los clanes de la droga de sa Penya, personas que intentaron por todos los medios, en un ambiente hostil, impedir la detención del sospechoso. La fuerte resistencia del presunto ladrón ocasionó lesiones a tres de los intervinientes, según informó Comisaría.

«Spiderman», que diez días antes había logrado burlar un cerco policial en la Marina tras golpear a uno de los funcionarios, fue relacionado por los investigadores con una serie de robos que se estaba produciendo durante el verano en el casco urbano de Eivissa coincidiendo con la salida de prisión en agosto de su persona. La policía pudo probarle cuatro robos en el que el ladrón había actuado escalando, especialidad de Ernesto Pérez Vega. En concreto, los asaltos tuvieron lugar en oficinas ubicadas en la Avenida de España y las calles Gaspar Puig, Conde Roselló y Médico Antonio Serra.

Los agentes que iban tras sus pista dieron con él el día 13 de septiembre. Fue localizado dentro de un inmueble deshabitado de sa Penya. La policía, que tuvo muchas dificultades durante las pesquisas por el ambiente hostil que halló en el mismo barrio, sospechaba ya entonces que «Spiderman» estaba siendo ocultado y «protegido» por los clanes, quienes se beneficiaban supuestamente de sus actividades por recibir dinero y objetos robados a cambio de la droga que le facilitaban.