Mientras persiste el riesgo de que el buque se parta en dos, el
delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa,
informó ayer que las manchas contaminantes se encuentran «muy
fragmentadas» y son «la estela que deja el barco», negando que el
buque siga vertiendo combustible.
El capitán del buque fue detenido acusado de un delito contra el
medio ambiente y por desobediencia a la autoridad. Medio Ambiente
prevé que aparezcan aves impregnadas por el vertido de fuel y desde
Adega se advierte de que los efectos del vertido podrían
convertirse «en una de las más grandes catástrofes» ocurridas en
Galicia hasta la fecha. El tiempo en contra, con olas de cinco a
seis metros y vientos de hasta 80 kilómetros por hora, no es el
mejor amigo en estos momentos de la costa gallega ante la llegada
de restos de fuel-oil a las playas del noroeste de la Península,
afectando a las playas de Trece, Camelle, Santa Mariña, El Roncudo,
y Nemiña.
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