El estado actual del edificio de la Guardia Civil en Cas Serres muestra claramente el deterioro que sufre. (Foto: VICENÇ FENOLLOSA).

Las infraestructuras dependientes del Gobierno no viven sus mejores momentos en Eivissa. Instituciones como los Juzgados y la Dirección Insular de la Administración General del Estado y los inmuebles de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía se encuentran en una situación no muy halagüeña. Porque, aunque en algunos de los casos se han comenzado a dar los pasos necesarios para que se resuelva este déficit de instalaciones, la solución, o soluciones, llegan cuando la situación se había convertido ya en claramente insostenible.

Tal vez el mejor caso de lo expuesto lo refleje el estado de la casa cuartel de la Guardia Civil en Cas Serres. El edificio mostraba en sus fachadas desde hacía largo tiempo las cicatrices dejadas por el paso del tiempo. Las familias que allí vivían fueron desalojadas a principios del presente año, pese a que desde agosto de 2001 la directora insular, Marienna Sánchez Jáuregui, reconociera que tenía en su poder un informe técnico que recomendaba derribar el inmueble, el cual contaba con un grave deterioro estructural, aunque Sánchez Jáuregui se apresuró igualmente a señalar que no había un riesgo de derrumbe.

Poco antes de que los agentes y sus familias fueran reubicados en dos bloques de apartamentos de Cala de Bou y la dotación de la Benemérita continuara cumpliendo su servicio en el resto de las infraestructuras del cuerpo en la isla de Eivissa, el general de división Antonio Morales Villanueva, subdirector general de apoyo de la Dirección General de la Guardia Civil, anunció en Eivissa que el nuevo edificio será levantado en el mismo lugar y que su coste ascenderá a unos cinco millones de euros. Las obras deberían comenzar durante el primer trimestre del próximo año. Morales añadió que esta obra es «la de mayor prioridad» para la dirección de la Guardia Civil.