Noche movida en el hotel Cala Pada. Un grupo de la ladrones presumiblemente integrados por personas pertenecientes a países del Magreb se las ingenió para llevar a cabo una oleada de robos en las habitaciones y apartamentos de este establecimiento turístico. Pocas horas después, durante la mañana, las fuerzas policiales de Santa Eulària intentaban localizar a otro grupo, en principio distinto al anterior y posiblemente también compuesto por norteafricanos, que cometió varios hurtos en distintas zonas del paseo marítimo de Santa Eulària.

El grupo que actuó de noche llevó a cabo incursiones en un número próximo a la veintena de residencias. La mayor parte de ellos fueron robos que se hicieron con extrema rapidez, entrando y saliendo de las habitaciones, muchas de ellas con sus inquilinos durmiendo, y llevándose los ladrones los primeros objetos que veían de utilidad. Pese al número en principio elevado de lugares «visitados», los primeros cálculos apuntan a que el la cuantía del dinero sustraído a los clientes no fue grande, según las fuentes consultadas por este periódico.

La Guardia Civil investigaba estos hechos e intentaba localizar a los presuntos responsables de la oleada en el citado hotel cuando, durante la mañana, se tuvo conocimiento de nuevos robos en el paseo marítimo de Santa Eulària. Agentes de la Policía Local se desplazaron hacia este lugar tres recibir una llamada desde un hotel. A primera hora de la tarde se continuaba buscando a los sospechosos, huidos, al parecer, tras detectar la presencia policial.