Un vecino de Pollença de 40 años de edad, cuya identidad no ha
trascendido, ha sido detenido por la Guardia Civil acusado de
enviar cartas amenazantes a empresas y bancos de aquella localidad
en la que exigía el pago de un 'impuesto revolucionario', según han
confirmado en fuentes judiciales. La Benemérita tuvo conocimiento
de la situación hace algunas semanas, cuando los responsables de
las compañías afectadas presentaron denuncia y entregaron como
prueba las misivas enviadas por el anónimo. En las cartas, el
remitente explicaba cómo debía efectuarse el pago de una elevada
cantidad de dinero y bajo qué condiciones, y además advertía de que
si éste no se llevaba a cabo las consecuencias para el negocio
serían fatales, ya que colocaría bombas.
Los investigadores comprobaron que todas las misivas eran obra
de la misma persona y extremaron la vigilancia para dar con él. Las
pesquisas, sin embargo, no fueron fáciles y los agentes pidieron la
colaboración de los extorsionados, a fin de hacer creer al
delincuente que habían cedido a las amenazas y estaban dispuestos a
desembolsar la cantidad fijada. Así las cosas, el anónimo bajó la
guardia y acudió confiado a la cita donde supuestamente debía
reunirse con las víctimas, aunque en realidad se encontró con los
agentes de la Guardia Civil, que procedieron de inmediato a su
detención.
El hombre fue identificado y quedó recluido en los calabozos, a
la espera de prestar declaración. En el transcurso de las pesquisas
se comprobó que se trataba de un vecino de Pollença, de 40 años de
edad, al parecer sin antecedentes policiales, y que había trabajado
en una de las empresas que estaba extorsionando. Los motivos
exactos por los que este individuo ha intentado cobrar el 'impuesto
revolucionario' no están demasiado claros, aunque los
investigadores presuponen que su afán era casi exclusivamente de
lucro, si bien también podía albergar algún tipo de odio o rencor
hacia las empresas a las que amenazaba. El acusado fue puesto a
disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Inca ayer por la
mañana y parece ser que quedó en libertad con cargos al término de
su declaración. La Guardia Civil no descarta que haya más negocios
que hayan sido extorsionados y que no hayan interpuesto denuncia
hasta la fecha.
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