El «Marko», una lancha tasada en unos cuatro millones de pesetas, navegó por aguas de Eivissa bajo el nombre de «Mercedes». Así ocurrió después de que la red de venta de yates robados que está siendo juzgada estos días en Mallorca se apoderara de ella en el puerto alemán de Zollenspieker hace ahora doce años. La operación fue la primera que realizó esta red en las Islas, desenmascarada tras una investigación de la Guardia Civil en toda Balears. Por el «Marko», que fue vendido en las Pitiüses a un primer comprador hasta que se realizó la transacción del «Mercedes» pagó un ibicenco una cifra total de 2.750.000 pesetas.

El golpe inaugural de la organización -por hechos por lo que tres personas están siendo juzgadas ante la Audiencia y otras dos están en busca y captura por no comparecer a la vista oral que se está celebrando en Mallorca- fue el primero de una larga lista que finalmente se ha contabilizado en tres embarcaciones vendidas por métodos fraudulentos, todas ellas sustraídas de puertos de Alemania, la Costa Brava e, incluso, Balears. Los perjudicados, en su mayor parte, fueron personas de nacionalidad germana.

Más de la mitad de estos «golpes» que la investigación registró se deben a casos que se produjeron en las Pitiüses. De los puertos de Santa Eulària, Sant Antoni, Ibiza Nueva y Marina Botafoch se sustrajeron al menos cuatro embarcaciones entre 1990 y 1995, fechas en las que la red actuó en operaciones que en su conjunto superaron los cien millones de pesetas. Sustraídos los barcos no sólo se falsificaba la documentación sino también su matrícula y nombre, no sin antes variar su aspecto. El «Mercedes», de este modo, navegó por aguas de las Pitiüses cuatro años después del robo en Alemania.