Los tres detenidos fueron vistos detrás de la víctima. Foto: K. T.

La Guardia Civil intenta aclarar los pormenores de la paliza que recibió en la madrugada de ayer en Cala de Bou un vendedor ambulante guineano que fue perseguido presuntamente por tres jóvenes albaneses por la calle hasta que le acorralaron en la terraza de un bar de la calle es Caló. En este lugar, fue salvajemente atacado hasta que los agresores huyeron no sin antes desvalijarle, según la denuncia que se investiga y de la que podrían surgir nuevos indicios que expliquen si hubo algo más que el móvil del robo en la conducta violenta de los sospechosos, ya detenidos. No se descarta un ajuste de cuentas.

La víctima, de 27 años, recibió una tanda de golpes con tacos y bolas de billar, además de una sucesión de puñetazos y patadas, que motivaron su evacuación con graves lesiones en la cara -entre ellas una posible fractura de mandíbula, así como traumatismos destacados en una rodilla y contusiones en diferentes partes del cuerpo. Según las fuentes, el vendedor, al que supuestamente quitaron la mercancía y la riñonera, presentaba en el momento de su traslado al hospital un hundimiento de huesos en la cara y varios dientes arrancados, además de un corte en una rodilla.

Las lesiones hubieran podido ser peores si no es por la rápida intervención de los responsables del local y de clientes, cuya actuación puso en fuga a los atacantes, según indicaron distintas fuentes. Los presuntos autores de estos hechos, con edades comprendidas entre los 17 y los 23 años y quienes al parecer reconocieron la agresión, fueron detenidos por la Policía Local de Sant Josep sobre las siete y media de la mañana tras ser horas antes descubierto el coche en el que fueron vistos huir, un Ford Fiesta de color blanco, y montarse un dispositivo de espera. Ello, precisamente, ocurrió frente a los apartamentos donde se alojaban los detenidos, ubicados a pocos metros del establecimiento que se vio afectado por todo.