El joven Rainer Eberhardt no midió el peligro que corría cuando abandonó la discoteca de Punta Arabí próxima al acantilado en una caminata final que le costó la vida, según los primeros datos que ha arrojado la investigación por este accidente mortal. Eberhardt, natural de Alemania y de 17 años, se convirtió así en la noche del martes al miércoles en el último turista que se ha precipitado por esta zona, un lugar donde hay alturas de más de 30 metros y donde se han registrado varios accidentes en un lugar que todas las fuentes consultadas califican de «muy peligroso».

Su cadáver fue descubierto a media tarde de ayer, como ya informó Ultima Hora Ibiza y Formentera . Su muerte, sin embargo, debió de ocurrir muchas horas antes, según los datos que ha podido recoger ya la Guardia Civil. Rainer Eberhardt, quien se encontraba de vacaciones en la isla alojándose en Cala Pada con sus familiares, se cayó por el precipicio poco después de que se le viera abandonar la discoteca del complejo de Punta Arabí al que había acudido. Nadie, igual que ocurrió hace un año con otro caso, se dio cuenta de lo ocurrido. Al día siguiente se presentó denuncia por su desaparición, un misterio que quedó resuelto cuando alguien dio aviso de que había un cuerpo en el borde del acantilado, ya en la orilla del mar. El cadáver tuvo que ser rescatado por los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

En julio del año pasado, Peer Helshig, otro alemán de 21 años, murió del mismo modo. Estaba con un amigo de madrugada en la discoteca. Todo indica que la víctima podía ir en estado ebrio. Un amigo suyo fue a buscar una copa y cuando regresó éste ya no estaba. Su cadáver fue descubierto cuatro días después por una embarcación flotando junto al acantilado. El joven se fracturó el cráneo y pudo ser reconocido gracias a sus efectos y a su ropa.