El niño de 12 años que el pasado jueves resultó herido de gravedad en una deflagración ocurrida en su domicilio de la avenida Isidoro Macabich de Eivissa falleció a primera hora de la mañana de ayer en el hospital valenciano de La Fe, donde permanecía ingresado en la unidad de quemados desde el mismo jueves por la noche. Los médicos finalmente no pudieron hacer nada por salvar la vida del pequeño, que ingresó en la institución hospitalaria de Valencia con quemaduras de segundo y tercer grado en el noventa por ciento de su cuerpo.

El trágico accidente ocurrió sobre las cuatro y media de la tarde, cuando el pequeño se encontraba en el lavadero de la casa, situada en el segundo piso de un inmueble próximo a las oficinas del INEM. Las investigaciones intentan esclarecer por qué se produjo repentinamente la llamarada que causó las quemaduras que sufrió el niño, descartándose en un principio que fueran provocadas por un escape de gas ocurrido en la estancia.

Las mismas fuentes señalaron que la deflagración pudo haber sido causada por una chispa o una llama que entrara en contacto con algún producto químico altamente inflamable.

Tras ser avisados los servicios de emergencia, los equipos médicos atendieron al muchacho en el mismo lugar del accidente, para, posteriormente, ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Can Misses por una UVI móvil del 061, donde quedó ingresado a media tarde. Pero la gravedad de sus heridas obligó a solicitar un avión ambulancia, al considerar los médicos que el niño debía ser evacuado de inmediato al hospital valenciano de La Fe, centro que posee una unidad específica para tratar quemaduras graves. Sobre las ocho de la tarde, el niño volaba hacia Valencia para iniciar un tratamiento específico, aunque, desgraciadamente, los médicos no han podido salvar finalmente su vida.