Los vecinos de los alrededores de la calle Diosa Tanit de Puig d'en Valls siguen mirando con preocupación hacia el callejón en el que se encuentra el pozo en el que se precipitó trágicamente el pequeño Luis Alberto Ríos el pasado Jueves Santo. Según algunos de los habitantes de esta zona, los niños aún pueden acceder sin dificultad al lugar, lo que supone, a su entender, un enorme riesgo.

«Esta misma tarde había niños jugando muy cerca del pozo», comentó ayer a este periódico la madre de uno de los dos pequeños que se encontraban junto a Luis Alberto en el momento de ocurrir el fatal accidente. «No puede estar así. Lo único que pedimos es que se asegure más el entorno para que pueda repetirse la desgracia», dijo refiriéndose a las vallas metálicas que cierran el acceso al callejón y a las maderas que cubren de nuevo la boca del pozo. Precisamente, el mal estado de los listones que ocultaban el pozo, de treinta metros de profundidad y con siete metros de agua en su interior, provocó que estos cedieran al saltar sobre ellos Luis Alberto. «Lo único que queremos es que mientras la situación sea esta se coloque a algún policía que controle que nadie puede acercarse al mismo hasta que los cierren de una vez».

Esta vecina, que aseguró que hoy lunes interpondrá ante los Juzgados de Eivissa una denuncia por lo ocurrido el pasado jueves, seguía ayer conmocionada por el fallecimiento de Luis Alberto, compañero de juegos de su propio hijo, y en sus palabras se adivinaba la preocupación que sienten en estos momentos los padres que viven en las proximidades del fatídico pozo. «Podría haber sido mi hijo», murmuró.