La policía informó de que no ha encontrado por el momento vínculos entre la muerte de un menor de 17 años en el barrio de Son Gotleu y el asesinato de dos chinos en el poblado gitano de Son Banya, a pesar de que el tío de la primera víctima fue arrestado por participar en el doble crimen. Fuentes de la investigación confirmaron que el joven fallecido anteayer tras recibir el sábado una paliza y un disparo en la cabeza en un callejón próximo a la calle Tomás Rullán era sobrino de J.P., arrestado como encubridor y colaborador de la muerte de los dos chinos, acaecida a principios de año.

Sin embargo, el grupo de homicidios de la Policía, que investiga los dos casos, no ha establecido «hasta ahora» entre ellos ninguna relación, salvo la puramente casual, si bien en ambos casos se cree que el móvil fue un ajuste de cuentas «por asuntos de drogas». El menor asesinado, A.P., de 17 años, recibió presuntamente una paliza por parte de dos o más personas y un tiro en la cabeza que le provocó la muerte al cabo de más de 24 horas, cuando se hallaba ingresado en el hospital Son Dureta. Los investigadores están a la espera del resultado de la autopsia practicada esta mañana al cadáver, por si pudiera aportar algún dato relevante que permita la identificación de los autores del crimen.

La familia del menor reside en el poblado de Son Banya, considerado por la policía como el mayor «supermercado» de drogas de Mallorca, y su padre cumple actualmente condena en el centro penitenciario de la capital balear. En cuanto a J.P., tío del joven muerto, todo apunta a que estuvo presente en el asesinato de los ciudadanos chinos, cuyos cadáveres aparecieron calcinados en un cobertizo de Son Banya en la mañana del pasado día 7 de enero. «Posiblemente ayudó a trasladar los cuerpos y a quemarlos, pero no fue el autor material».