Los cuatro chinos acusados fueron juzgados este mes en Eivissa tras haber tenido lugar su detención en Barcelona.

La Audiencia Provincial ha resuelto con una dura pena, que en su conjunto suma los 30 años de cárcel, la condena para las cuatro personas de nacionalidad china acusados de detener ilegalmente, extorsionar y robar a una prostituta de su mismo país en unos hechos que tuvieron lugar a finales del año pasado en Sant Antoni después de que ésta supuestamente huyera de Menorca.

La sentencia, sin embargo, no recoge expresamente que los cuatro imputados formaran parte de una red o de un grupo mafioso organizado, tal y como parecía desprenderse de los testimonios presentados por la víctima, una mujer que dio versiones contradictorias de lo sucedido y que, tras ocurrir todo, siguió trabajando en el club «Blanco y Negro» de Sant Antoni.

El tribunal analiza esta cuestión en concreto en la sentencia y zanja que su «relato es el único que de un modo comprensible y sensato permite entender y dotar de sentido al curso normal de los hechos». El texto, por esta razón, recoge poco antes que el «comportamiento coherente y decidido de la víctima corrobora y concede total y absoluta verosimilitud de los hechos». Por contra, considera que el testimonio de los cuatro acusados no es «convincente ni satisface las máximas de la experiencia comunes que ha de inspirar las razones lógicas». Las defensas, sobre este aspecto, hicieron constar en la causa que el relato de los sospechosos era el único que se había mantenido firme y unívoco desde el principio. Los principales encausados tendrán que cumplir cada uno de ellos una pena de ocho años de prisión y cuatro de ellos sólo lo son por el «secuestro».