El paciente que murió ingresó en Can Misses el 6 de octubre de 1994.

Un médico que prestaba sus servicios en 1994 en el hospital de Can Misses se enfrenta a penas de un año de cárcel y otros tres de inhabilitación después de que haya sido procesado por un presunto delitos de imprudencia grave. Dicho cargo se le imputa después de que en marzo del citado año falleciera un paciente, un hombre, que estaba bajo su cuidado y que se hallaba en la fase de postoperatorio.

Además, se le reclama una indemnización de 25 millones de pesetas como responsable de lo ocurrido, cantidad de la que responde subsidiriamente el hospital y el Insalud. La instrucción del caso ha pasado por distintas vicisitudes hasta que se ha señalado la celebración del juicio, vista para la que sólo ha presentado cargos la acusación particular.

El paciente que falleció ingresó en el hospital el día 6 de marzo de 1994 aquejado de fuertes dolores en la zona abdominal. El estado en que llegó y el examen al que fue sometido indicó que sufría una oclusión intestinal que precisaba de intervención quirúrgica. El enfermo fue operado sin mayores complicaciones pero según la información recogida por este periódico en los días siguientes requirió tratamiento por los dolores y el estado de nervios en lo que se hallaba. Se consideró oportuno suministrarle sedantes. La acusación particular considera que aquí precisamente se cometió la negligencia médica, al no vigilarse -siempre según esta hipótesis- la toma de estos medicamentos con corrección.

El enfermó murió por asfixia y, según la parte demandante, ello se debió a que el facultativo no puso supuestamente el esmero necesario en el control de la medicación que se le estaba suministrando al paciente, sustancia que requería de estos cuidados supuestamente para evitar una eventual crisis mortal.