La Audiencia Provincial inició ayer la serie de juicios que mantendrá a los jueces en Eivissa hasta mañana miércoles. En uno de ellos, la Fiscalía solicitó cuatro años de prisión para un ciudadano holandés acusado de traficar con éxtasis en una discoteca de la isla.

A.R.V.M. fue detenido en 31 de agosto de 1996 cuando estaba en posesión de 18 pastillas y dos trozos de éxtasis. Desde un primer momento, el sospechoso aseguró que dicha droga era para consumo propio compartido con algunos amigos que celebraban el cumpleaños de su mujer. Según su testimonio, A.R.V.M. se encontraba de vacaciones en la isla y tuvo que regresar a Holanda por cuestiones de trabajo (regentaba una discoteca en aquel país). Este hecho fue aprovechado por algunas de sus amistades, que le pidieron que comprara éxtasis para una fiesta que tendría lugar dos días después en la isla.

Esta versión fue respaldada por dos amigos del acusado y su mujer. Sin embargo, el fiscal basó su argumentación en la declaración de un agente de la Policía Nacional, el cual aseguraba haber visto un intercambio de dinero por droga en el interior de la discoteca y con el sospechoso como protagonista. La defensa solicitó la libre absolución de su cliente.

Otro de los juicios celebrados tuvo como protagonista a un británico, A.R., quien estaba acusado de venta de drogas en Sant Antoni. Según el testimonio de dos agentes de la Policía Local de esta localidad, A.R. ofreció tres pastillas de éxtasis y tres porciones de hachís a unos turistas. El acusado negó tener ninguna relación con la droga y aseguró que se encontraba haciendo fotos a unas chicas. El Ministerio Fiscal solicitó una pena de tres años y seis meses de prisión, condena que la defensa consideró desproporcionada, respecto a la cantidad de droga intervenida, en caso de demostrarse el tráfico.