El número de víctimas del siniestro del Concorde de Air France se
elevó ayer a 114, con el hallazgo de un cadáver bajo los escombros
calcinados del hotel sobre el que se estrelló hace tres días el
avión supersónico. Poco antes de que los equipos de rescate
encontrasen el cuerpo bajo uno de los reactores hundido
profundamente en tierra en el lugar donde hasta el martes pasado se
alzaba el hotel «Hotelissimo» de Gonesse (Val d'Oise), los
investigadores anunciaron progresos en la búsqueda de las causas de
la tragedia.
El incendio del avión no parece haberse originado en los motores
del avión, dijo la Oficina de Investigación de Accidentes, y
precisó que «uno y quizás dos» de los cuatro neumáticos de la parte
izquierda del tren de aterrizaje habían reventado en el despegue.
El reventón pudo provocar problemas «en cadena: daños en la
estructura, un incendio y una avería del sistema motor», según el
ministro de Transportes, Jean-Claude Gayssot. La investigación
también barja fallos en dos de los cuatro reactores del avión.
El cuerpo hallado ayer tarde está «muy mutilado», dijeron, y de
momento se desconocen el sexo e identidad de la víctima, que se
suma a las cuatro que el accidente ya se había cobrado en tierra.
En memoria de todos, más de mil habitantes de Gonesse, varios de
ellos con rosas blancas o rojas, desfilaron hoy en silencio desde
el ayuntamiento hasta el lugar del siniestro. Y, en la sede de Air
France en Roissy, unas 8.000 miembros de la compañía asistieron a
una ceremonia de tributo a todas las víctimas.
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