Un vecino de Sant Antoni, Antonio Pardo Aguilar, natural de Sevilla y de 29 años de edad, aceptó ayer cumplir una pena de tres años de cárcel tras ser juzgado por un delito de tráfico de drogas. El acusado fue detenido en octubre del años pasado por agentes del Grupo de Investigación Fiscal y Antidrogas (GIFA) de la Guardia Civil cuando se investigaba la posible venta de estupefacientes desde una casa de Sant Antoni.

El sospechoso fue arrestado en compañía de una mujer que finalmente no ha tenido que sentarse en el banquillo para responder de estos hechos. Los agentes de la Benemérita se incautaron en esta operación de 50 comprimidos de éxtasis, ocho gramos de cocaína y 153 gramos de hachís, así como 75.000 pesetas y otros efectos que se supusieron vinculados al tráfico de drogas.

El acusado, juzgado ayer por la Audiencia Provincial, se enfrentaba en un principio a una condena de cinco años de prisión, pena solicitada en su escrito de acusación por el ministerio público. La pena inicial solicitada se vio reducida finalmente después de que el fiscal y el representante de la defensa llegaran a un acuerdo tras aceptar atenuantes para el acusado.