Los tres vecinos de Can Marçà detenidos por la Guardia Civil tras intervenirse un alijo de más de un kilo de cocaína y casi mil éxtasis, además de otros estupefacientes en distintas cantidades, quedaron ayer en libertad tras pasar a disposición del juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa. Los sospechosos, sin embargo, quedan supeditados a nuevas investigaciones que han sido solicitadas por el fiscal y aceptadas por la responsable del juzgado que ayer estaba de guardia a fin de intentar averiguar con exactitud a quién pertenecía la droga hallada en el piso de uno de los acusados, donde se requisaron una balanza y papelinas listas para su distribución.

Del mismo modo, la puesta en libertad por el momento de los sospechosos no eximirá de que se presente, al concluir todas las diligencias que se pidan, un escrito de acusación. Al menos uno de los detenidos reconoció la posesión de una parte de la droga aprehendida, pero manifestó que ésta era para su consumo. Los otros dos implicados en el alijo negaron toda relación con la droga, según pudo conocer este periódico. Asimismo, señalaron que su presencia en la vivienda era esporádica y que otra gente sin identificar la frecuentaba.

El ministerio público también determinó que, pese a la libertad de los ahora imputados, ya no existe peligro para poder reunir nuevas pruebas aclaratorias. La investigación de la Benemérita ha determinado que el alijo procede de una red que desde Madrid traía droga a la isla. De hecho, los acusados se mueven entre Eivissa y Madrid y, al parecer, al menos uno de ellos cuenta con arraigo social en la isla. Tampoco se ha considerado que exista una grave probabilidad de riesgo de fuga de alguno de los tres sospechosos o un intento de eludir la acción de la Justicia.