El avión dromader realiza una descarga para apoyar las labores de extinción del fuego. FOTOS: M. FERRER/ V. FENOLLOSA

Los bomberos volvieron a tener trabajo ayer. El Parque Insular fue requerido por dos fuegos de matorral que se declararon sucesivamente en la zona de es Caló des Moro y en Can Misses y en las horas siguientes, ya por la tarde, hubo que actuar en Santa Eulària, en Cala Pada, y luego en Sant Llorenç , en ambos casos por incendios declarados en lugares donde había acumulados palés.

El primer aviso de alarma lo dieron a las once de la mañana un ciudadano que alertó al 112 y un vigilante forestal que observaron al mismo tiempo el inicio de un fuego en el Camí de sa Talaia de Sant Antoni, junto a es Caló des Moro, una zona donde los bomberos intervinieron el día anterior por dos ocasiones. En este caso, la rapidez con la que se descubrió el fuego fue determinante. Los servicios que actuaron ante la alarma tuvieron que enfrentarse a tres focos, una circunstancia que hace presuponer la intencionalidad en el origen de las llamas. Una hora después se finalizaron las tareas de extinción cuando se habían quemado solo algo más de cien metros cuadrados.

Prácticamente al mismo tiempo que se desarrollaban los trabajos en esta parte de la isla, se movilizaron otras unidades para acudir a otro fuego de rastrojos en Can Misses. El fuego pudo ser sofocado por todos los servicios de emergencia que participaron una hora después de comenzar tras haber arrasado una extensión próxima a los mil metros cuadrados. Los bomberos tuvieron que volver a movilizarse a primera hora de la tarde al recibirse el aviso de una quema de palés y escombros en Cala Pada. Las unidades desplazadas a este lugar por el Parque Insular regresaban de este lugar tras concluir el servicio cuando recibieron la notificación de otro fuego junto a un almacén de piensos en Sant Llorenç.