Los bomberos utilizaron seis vehículos para sofocar el fuego. FOTO: DIMITROV.

El pabellón multidisciplinar del polideportivo Príncipes de España, inaugurado el pasado verano con motivo de la Universiada, donde se celebraron todas las competiciones de gimnasia, quedó ayer tarde arrasado por el fuego. Por fortuna, en el incendio, cuya columna de humo se podía observar desde varios kilómetros de distancia, no hubo que lamentar heridos, debido a que el pabellón se encontraba en aquellos momentos cerrado al público. Tampoco resultaron heridas las personas que estaban presentes en el polideportivo.

El siniestro se descubrió pocos minutos antes de las siete de la tarde. Sin embargo, se cree que el fuego pudo iniciarse muchas horas antes. La composición del material deportivo acumulado en el pabellón facilitó que las llamas se propagaran con rapidez, pero el fuego no se descubrió hasta que prácticamente ya había arrasado la instalación debido a que se encontraba cerrada. Unos testigos confirmaron que apenas transcurrieron dos minutos desde que se descubrió la columna de humo hasta que el techo de uralita del pabellón se derrumbó. Fue tan alta la temperatura acumulada en la nave que la viga de hierro que sostenía la parte superior del techo se dobló.

Los bomberos, cuyo parque principal está situado a apenas 50 metros del lugar del siniestro, tardaron poco más de una hora en sofocar el fuego. Ningún responsable quiso adelantar la causa del siniestro, aunque los primeros indicios prácticamente descartan un cortocircuito eléctrico, puesto que la instalación era nueva y moderna. En el lugar de los hechos se informó de que hubo testigos que vieron a unos chicos de unos 15 años merodeando por la zona poco antes de descubrirse el siniestro. Sin embargo, aún no hay ninguna prueba que demuestre la presencia de estos menores ni su relación con los hechos.

Al lugar del incendio se desplazó el president del Govern, Francesc Antich. También estaban la directora general d'Esports, Joana Maria Petrus; el director general d'Interior, Antoni Costa, y el concejal de Governació, José María Sierra. La instalación está asegurada.