EFE-PAMPLONA El juicio por el accidente ferroviario ocurrido en marzo de 1997 en Huarte Araquil, en el que murieron 18 personas, comenzó ayer con las declaraciones del maquinista y el auxiliar del tren «Miguel de Unanumo», quienes reconocieron que no supieron reaccionar ante las «contradictorias» indicaciones en la señalización de la vía.

En sus conclusiones provisionales, el fiscal imputa a los dos acusados dieciocho delitos de homicidio por imprudencia, un delito de aborto -ya que una de las pasajeras fallecidas se encontraba embarazada-, 69 delitos de lesiones y seis faltas de lesiones, por lo que pide para cada uno de ellos cuatro años de cárcel.

El accidente tuvo lugar sobre las 19'40 horas del día 31 de marzo de 1997 en la línea Barcelona-Irún. Según el fiscal, entre las localidades navarras de Irurzun y Alsasua, el tren transitaba a 140 kilómetros por hora y debido a que los procesados circulaban «desatentos y confiados» en que la vía estuviera libre, «hicieron caso omiso» de la señal de precaución situada cerca de la localidad de Huarte-Araquil, sin reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora «como era preceptivo».