«Esto es una fiesta ilegal y queda clausurada». Los más de
doscientos participantes en una 'fiesta salvaje' organizada en la
madrugada de ayer en una finca de Sant Llorenç (Mallorca), que
debía durar dos días, no supieron cómo reaccionar cuando una
veintena de guardias civiles irrumpió en la casa.
La aparición de los agentes del GIFA (Grupo de Investigación
Fiscal y Antidrogas) y del cuartel de Artà no fue fruto de la
casualidad. A finales del pasado mes de marzo los investigadores
tuvieron conocimiento de que un vecino de Cala Millor, Jaime V.A.,
de 28 años, se dedicaba a organizar fiestas 'after' que eran
utilizadas para distribuir drogas, principalmente el psicotrópico
MDMA, conocido como éxtasis.
La Benemérita supo que para el viernes estaba prevista una
fiesta y decidió actuar. Esa noche 'cayó' Julián cuando en compañía
de un tal Gabriel, de 21 años, recibía en Santa Maria un alijo de
90 pastillas de 'éxtasis'. El vendedor, Javier C.M., de 22 años, y
una chica que lo acompañaba, Cristina M.P., de 16, también fueron
arrestados. En el coche de Javier se hallaron 68 comprimidos más y
40 gramos de hachís.
La droga, supuestamente, iba destinada a la fiesta. En una
rápida operación apresaron a Jaime, el presunto cabecilla, y a
Sheezar A.S., de 21 años, interviniendo 146 pastillas de éxtasis, 7
gramos de cocaína, 3 de hachís, una balanza de precisión y 109.000
pesetas.
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